Ingredientes:
80 ml de leche entera
9 gr de levadura seca de
panadero (liofilizada) o 18 g de levadura fresca (en porciones)
120 g de mantequilla sin sal
3/4 de cucharadita de sal (una
pizca)
2 huevo tamaño L
280 g de harina de fuerza
160 g de azúcar perlado
1 cucharadita de extracto de vainilla
Elaboración:
Calentamos la leche a 50ºC. Disolvemos la levadura fresca sobre la leche tibia y dejamos reposar
hasta que comience a burbujear (unos 5 minutos). Si utilizáis levadura de panadero se incorpora directamente en la
harina.
En el bol de un robot de cocina con
accesorio de gancho amasador mezclamos a velocidad baja la harina, la sal y la levadura de panadero liofilizada (si es que habéis
utilizado esta).
Añadimos la vainilla a la mezcla de
leche, mantequilla y luego agregamos los huevos batidos. Una vez mezclados, iremos
añadiendo poco a poco la mezcla al bol de ingredientes secos sin dejar de batir
a velocidad baja. Una vez vertida toda, aumentamos
la velocidad y amasamos durante unos 7 minutos hasta que se forme una masa pegajosa suave. Se puede hacer a mano pero es
más trabajoso.
La mezcla parecerá bastante húmeda
al principio, pero se formará una masa suave una vez amasada en el mezclador.
No añadáis más harina, sería un error, porque la masa quedará seca.
Dejamos que fermente la masa, tapada
con papel transparente, durante 30 o 40 minutos en un lugar cálido. Un sitio perfecto podría ser el horno previamente
templadito y apagado.
Pasado el tiempo, colocamos de nuevo
el gancho amasador y echamos el azúcar perlado a la masa. Amasamos unos minutos
más para que el azúcar se distribuya.
Después, separamos la masa en trozos
pequeños, alrededor de 100 gramos cada una. Salen unas 6 piezas grandes.
Calentamos la gofrera, previamente
untada con un poco de mantequilla (si no es adherente). Cuando esté caliente
añadimos una porción de la masa en cada uno de los huecos
de la gofrera y cerramos. Dejamos unos 6 o 7 minutos.
Retirar los gofres de la plancha con
una espátula (ojo, ¡el azúcar caramelizado está muy caliente!) una vez que esté
dorado, inflado y crujiente.
Disfrutar del gofre solo o con
azúcar y canela, salsa de chocolate, crema batida, fruta fresca o tu relleno
favorito.
Crujiente por fuera y tierno pero
consistente por dentro.
Consejos:
Se puede hacer la masa un día antes
de tiempo. Dejar fermentar y luego refrigerar en la nevera durante la noche, al
día siguiente sacar de la nevera y dejar reposar unos 20 minutos para quitar el frío antes de mezclar el azúcar.
No añadir demasiada masa a la
gofrera, la justa para cubrir los dos gofres, ya que la masa crece y se expande
con el calor y al cerrar la gofrera puede desbordarla por los laterales.
Debemos saber que el azúcar comienza
a arder a temperaturas superiores a 180° C. Si tu plancha de gofres no tiene un termostato de temperatura es posible
que tengas que hacer la prueba de ensayo para ver cómo quedará la
caramelización sin quemarse. La mayoría de las planchas de gofres calientan
mucho más, es cuestión de hacerlo al principio un poco a ojo. En el caso de
moldes para horno es más fácil utilizando el termómetro del horno.
Reseñas:
El gofre (del francés gaufre), llamado también “waffles” es una especie de galleta con masa crujiente parecida a un barquillo, de
origen belga.
Los populares gofres que triunfan
hoy en todo el mundo provienen de
EE UU. Llegaron a bordo del Myflower con los emigrantes que traían con ellos la receta holandesa. En 1789, Thomas
Jefferson regresaba de Francia con la que sería la primera
plancha de gofres de América, la de la típica cuadrícula. La idea de servirlos
con nata y otros ingredientes dulces, como chocolate o sirope, la puso de moda
el belga Maurice Vermersch durante la Exposición Universal de
Bruselas, en 1960.
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