domingo, 16 de octubre de 2016

Gofres Belgas (waffle)




Ingredientes:

80 ml de leche entera

9 gr de levadura seca de panadero (liofilizada) o 18 g de levadura fresca (en porciones)

120 g de mantequilla sin sal

3/4 de cucharadita de sal (una pizca)

2 huevo tamaño L

280 g de harina de fuerza

160 g de azúcar perlado

1 cucharadita de extracto de vainilla


Elaboración:

Calentamos la leche a 50ºC. Disolvemos la levadura fresca sobre la leche tibia y dejamos reposar hasta que comience a burbujear (unos 5 minutos). Si utilizáis levadura de panadero se incorpora directamente en la harina.

 Añadimos la mantequilla a la leche y derretimos sin que hierva. Reservamos hasta que se tibie. A continuación, batimos los huevos y agregamos a la mezcla líquida anterior. Aseguramos de que está tibia para que no se cocinen los huevos.












En el bol de un robot de cocina con accesorio de gancho amasador mezclamos a velocidad baja la harina, la sal y la levadura de panadero liofilizada (si es que habéis utilizado esta).












Añadimos la vainilla a la mezcla de leche, mantequilla y luego agregamos los huevos batidos. Una vez mezclados, iremos añadiendo poco a poco la mezcla al bol de ingredientes secos sin dejar de batir a velocidad baja. Una vez vertida toda, aumentamos la velocidad y amasamos durante unos 7 minutos hasta que se forme una masa pegajosa suave. Se puede hacer a mano pero es más trabajoso.












La mezcla parecerá bastante húmeda al principio, pero se formará una masa suave una vez amasada en el mezclador. No añadáis más harina, sería un error, porque la masa quedará seca.

 










Dejamos que fermente la masa, tapada con papel transparente, durante 30 o 40 minutos en un lugar cálido. Un sitio perfecto podría ser el horno previamente templadito y apagado.












Pasado el tiempo, colocamos de nuevo el gancho amasador y echamos el azúcar perlado a la masa. Amasamos unos minutos más para que el azúcar se distribuya.

Después, separamos la masa en trozos pequeños, alrededor de 100 gramos cada una. Salen unas 6 piezas grandes.


Calentamos la gofrera, previamente untada con un poco de mantequilla (si no es adherente). Cuando esté caliente añadimos una porción de la masa en cada uno de los huecos de la gofrera y cerramos. Dejamos unos 6 o 7 minutos.

 
















Retirar los gofres de la plancha con una espátula (ojo, ¡el azúcar caramelizado está muy caliente!) una vez que esté dorado, inflado y crujiente.


Disfrutar del gofre solo o con azúcar y canela, salsa de chocolate, crema batida, fruta fresca o tu relleno favorito.



Crujiente por fuera y tierno pero consistente por dentro.



Consejos:

Se puede hacer la masa un día antes de tiempo. Dejar fermentar y luego refrigerar en la nevera durante la noche, al día siguiente sacar de la nevera y dejar reposar unos 20 minutos para quitar el frío antes de mezclar el azúcar.

No añadir demasiada masa a la gofrera, la justa para cubrir los dos gofres, ya que la masa crece y se expande con el calor y al cerrar la gofrera puede desbordarla por los laterales.

Debemos saber que el azúcar comienza a arder a temperaturas superiores a 180° C. Si tu plancha de gofres no tiene un termostato de temperatura es posible que tengas que hacer la prueba de ensayo para ver cómo quedará la caramelización sin quemarse. La mayoría de las planchas de gofres calientan mucho más, es cuestión de hacerlo al principio un poco a ojo. En el caso de moldes para horno es más fácil utilizando el termómetro del horno.

Reseñas:

El gofre (del francés gaufre), llamado también “waffles” es una especie de galleta con masa crujiente parecida a un barquillo, de origen belga.
Los populares gofres que triunfan hoy en todo el mundo provienen de
EE UU. Llegaron a bordo del Myflower con los emigrantes que traían con ellos la receta holandesa. En 1789, Thomas Jefferson regresaba de Francia con la que sería la primera plancha de gofres de América, la de la típica cuadrícula. La idea de servirlos con nata y otros ingredientes dulces, como chocolate o sirope, la puso de moda el belga Maurice Vermersch durante la Exposición Universal de Bruselas, en 1960.




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